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Mostrando entradas de mayo, 2014

GALERÍA DE FOTOS ERÓTICAS

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EL LABORATORIO ERÓTICO

El científico Amadeo investiga minuciosamente en su laboratorio todo lo concerniente al erotismo. Desde muy joven, se sintió atraído por el conocimiento científico. Luego de terminar el bachillerato, realizó estudios en la Universidad de Penisland y posteriormente se especializó en el estudio del erotismo, aplicando métodos empíricos.  ¿Pero existe el punto G? En estos momentos, Amadeo lleva a cabo diversas investigaciones. Una de ellas tiene como objetivo comprobar si el célebre punto G, del que tanto se habla, existe de verdad o no es más que una leyenda. Para realizar esta comprobación, Amadeo cuenta con la colaboración de Betty, la becaria.  Durante meses el científico y su ayudante llevan a cabo múltiples pruebas. Los resultados no han sido concluyentes. Unas mujeres decían que sí sentían un placer muy intenso si se les tocaba en la zona del punto G. Otras simplemente tenían sensaciones agradables, pero no especialmente placenteras. Y un tercer grupo de las entrevistadas,

PAULA B.B.

Paula B.B. es brasileña y bisexual. Trabaja como prostituta en un domicilio particular, junto con otras chicas. Siguiendo mi costumbre, le pedí que me contara cosas acerca de su clientes: anécdotas, situaciones divertidas, comportamientos peculiares... Luego de echar un buen polvo, como sólo una fogosa brasileña es capaz de hacerlo, comenzó a hablar, mientras todavía estábamos tumbados en la cama. Me dijo que, aparte de los sevicios estándar (felaciones, dejarse chupar la tetas, polvos en diversas posturas, etc.), algunos clientes le hacían peticiones que incluso a ella, bien curtida en estas lides, la sorprendían. Primera historia. Tenía como cliente  a un matrimonio. El marido era heterosexual y la esposa bisexual. Para que su señora pudiese disfrutar de los placeres que puede proporcionar una mujer, siguiendo sus inclinaciones naturales, su marido contrataba los servicios de Paula. A veces, mientras ellas dos se liaban en la cama (por cierto una cama rodeada de espejos que c

LA TIERRA SIN MAL

Desde hace generaciones la tribu de los mayorái organiza expediciones periódicamente para encontrar la "Tierra sin Mal" que describen sus mitos. Los exploradores de este pueblo indígena se desplazan por las frondosas selvas brasileñas de un lugar a otro en busca de la Tierra sin Mal.  De acuerdo con la mitología mayorái, en este lugar no existen las enfermedades ni los conflictos bélicos. Se desconoce el delito, en cualquiera de sus formas. Por ejemplo, nadie roba a otro. El dolor que acompaña a la existencia humana, tal y como la conocemos, ha desaparecido. Ya no es preciso realizar agotadores esfuerzos para conseguir alimentos. Naturalmente, en la Tierra sin Mal los miembros de esta etnia, podrán disfrutar sin preocupaciones de lo bueno de la vida: la familia, la naturaleza, la salud y ¿cómo no?, el erotismo. Un aspecto muy curioso de este mito es que los mayorái están convencidos de que la Tierra sin Mal, esta especie de paraíso, existe en el mundo objetivo, e

LA LEFA

La palabra "lefa" no suele aparecer en los diccionarios formales. Esta palabra, aunque pertenezca al registro vulgar, siempre ha tenido para mí la connotación de autodescubrimiento y secreta iniciación al universo de la sexualidad. Ahora explicaré por qué.  Cuando era pre-adolescente  iba con dos o tres  amigos a un rincón apartado de un parque llamado Dehesa de la Villa situado en Madrid, cerca del colegio donde estudiábamos. Allí rápidamente nos bajábamos la bragueta del pantalón y practicábamos el onanismo. Eran las primeras veces que yo me masturbaba. Ellos parecían tener más experiencia. Mientras estábamos haciéndonos la pajilla, uno de los chicos me decía: ¿Te ha salido ya? Y yo respondía: "Salir, ¿qué?". ¡Pues la lefa! Nunca antes había oído esa palabra. No sabía su significado. Jamás había eyaculado. Tendría entonces aproximadamente doce o trece años.  Desde entonces, a causa de esta experiencia de pubertad el vocablo "lefa" aparece ro

UNA OPORTUNIDAD DE ORO

Ha llegado hasta mis oídos la historia -seguramente cierta- de una inmigrante peruana que vivía en Alcalá de Henares. Conoció por medio de internet a un compatriota suyo inválido de nombre Gilberto. A Gilberto le habían ido bien los negocios y tenía un patrimonio considerable. Consciente de que no viviría muchos años, deseaba dejar su cuantiosa herencia a una mujer peruana, ya que él carecía de familiares a quienes poder transmitir su fortuna. Aunque María -así se llamaba la mujer- era bastante más joven que él (26 años de diferencia), Gilberto le propuso matrimonio con unas condiciones muy concretas. Una vez casados ella debía cuidarle. No habría relaciones sexuales entre ellos debido a la invalidez que le mantenía en una silla de ruedas. La fidelidad debía ser respetada. Y, tras la muerte de Gilberto, María, si cumplía las condiciones señaladas, se convertiría en la única heredera de todos los bienes de su cónyuge. María aceptó el acuerdo de buen grado y se celebró la boda.

EL CRÁPULA VALE VALERIANO

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Dos golfantes noctarniegos, Vale Valeriano y el Macho Camacho, amigotes con numerosas juergas a las espaldas, querían probar un delicioso coño de Logroño. Así que decidieron ir en coche a un puticlub de carretera llamado "La mulata", cercano a la capital de riojana. Allí entablaron conversación con un bombón que molaba un montón. Estos hombres de vida gozosa y licenciosa se lo pasaron en grande con aquella mujer que les chupó el glande, por cierto, con maestría. Aprovecharon el tiempo. Hicieron un trío, siguiendo su libre albedrío.   Ella abrió su flor con primor. Y Camacho, Valeriano y la mujer de buen ver follaron a destajo con sus badajos. Cabalgaron al paso, al trote y al galope. Primero uno. Después el otro. Los dos a la vez. Hubo mamadas suculentas, feroces enculamientos, ñaca ñaca en diversas posturas, chupadas de tetamen, metesacas acrobáticos, cubanas... Y finalmente: la espectacular corrida. Los dos toreros al unísono, como en las pelisporno. Vale por delante y C

LA CHUPADA LIBERAL

Mientras un tiparraco corpulento y con pinta tosca le estaba -casi literalmente- devorando el coño, la mujer no apartaba sus ojos de los míos. Algunas veces bajaba un poco los párpados. Y cuando los subía de nuevo, me daba cuenta de que seguía mirándome con fijeza. Estaba sentada en una silla alta, la espalda apoyada contra una pared, espatarrada del todo como las mujeres que van a la consulta del ginecólogo. El jayán estaba de pie y encorvado mientras le sostenía las piernas con sus brazotes. Al maromo aquel nunca le vi la cara; todo el tiempo la tuvo enterrada en la entrepierna de la fémina. Pero no paraba de dar lengüetazos el muy chupón. Su lengua se removía sin cesar en la humedad vaginal. Y de cuando en cuando se oían sonidos líquidos, como de chapoteo, producidos por las embestidas de su lenguota impetuosa contra los jugosos pliegues del potorrillo. A veces, el basto gañán le hacía daño, a juzgar por la cara de dolor contenido que ponía ella. Seguramente, en esos moment

YUQUÍN WU Y STARPLAST

Yuquín Wu y Starplast hoy día son jubilados con achaques. Pero antaño fueron superhéroes  realmente admirables. Disponían de megapoderes que utilizaban para ayudar a la humanidad en el terreno erótico. Con el paso de los años envejecieron. Y aquellas facultades prodigiosas que les caracterizaban, lamentablemente, se desvanecieron. En la actualidad, Yuquín Wu y Starplast son vecinos del barrio de Carabanchel, en Madrid City y llevan una vida sosegada: dan paseos por el parque en compañía de una mascota, se toman una manzanilla en el bar de la esquina, practican tai-chi (especialmente Yuquín), toman sus pastillas a horas regulares, juegan una partidita de billar los miércoles o van a un centro de la tercera edad cercano a su casa. Sin embargo, en sus años mozos, estos dos ancianos realizaban auténticas proezas. Tenían súperpoderes eróticos y sexuales que hacían las delicias de las damas de varias maneras. Yuquín Wu, además de ser un seductor sin parangón, estaba dotado con un pe

UNA SEGUNDA VIDA

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El anciano Aristóbulo había cumplido 98 años. Esta circunstancia le hacía sentir satisfecho. Pero su sentimiento de satisfacción no era completo. Quería vivir más tiempo, si fuera posible: eternamente. Durante un curso sobre internet celebrado en el centro de la tercera edad de Tres Cantos, ciudad donde residía, se habló de "Second Life". Aristóbulo prestó mucha atención a las explicaciones del profesor acerca de este tema. Incluso levantó la mano y le hizo varias preguntas para ampliar conocimientos y saciar su curiosidad.   ¿Por qué tanto interés en "Second Life"? Ni el propio Aristóbulo lo sabía al principio. De regreso en casa, después de las clases, descansó un poco y, sentado tranquilamente en el sofá, comenzó a recordar las palabras del monitor: "Una segunda vida, un doble con nuestras características, seguir viviendo, en otro plano de existencia...." El anciano le daba vueltas a estas palabras que se habían mencionado en el aula, a sus p