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Mostrando entradas de febrero, 2014

CELINE

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Una meretriz que trabajaba en un puticlub de la calle "Los coños del Peral", perdón, "Los caños del Peral", situada en el área central de Madrid, acostumbraba a contarme sus andanzas con diversos clientes. Ella sabía a la perfección que escuchar tales historias para mí suponía un deleite. Me contó, por ejemplo, que poco después de una ruptura sentimental, un hombre joven vino a consolarse en sus brazos y, en aquella ocasión, más que el papel de puta hizo el de psicóloga. Acto seguido, me dijo que le habían pedido bastantes cosas en la cama que ella no aceptaba bajo ningún concepto, como el coito anal. "Por encima de mi cadáver", afirmaba con rotundidad. Las peticiones de los clientes abarcaban un amplísimo espectro. Un cliente le pidió un capricho que el tenía: "la nieve sobre las montañas", es decir, correrse en las tetas. Otro tenía ganas de ver cómo Celine se bajaba las bragas y hacía pis en el servicio. Hubo otro cliente -según la

EMILIO Y DAVID

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La pandilla de adolescentes del barrio nos reuníamos, allá por la década de los 70, en una esquina concreta. Nos sentábamos allí sobre un escalón. Ése era nuestro punto de encuentro y casi siempre había alguien del grupo en el citado lugar para conversar, dar una vuelta o tomar una cervecilla en una tasca cercana. Yo sabía de oídas que dos chicos del grupo mantenían relaciones sexuales entre sí. No obstante, ambos habían tenido novias y amoríos con chicas. En este sentido, un dato relevante es que hoy día, tanto Emilio como David, están casados con mujeres, llevan bastantes años de matrimonio y tienen hijos biológicos. La verdad es que este comportamiento me intrigaba. Heterosexuales y homosexuales a la vez, simultaneando en algunas temporadas relaciones con hombres y mujeres... Para satisfacer mi espíritu inquisitivo, realicé algunas indagaciones, como si yo fuera un detective especializado en asuntos eróticos. En el transcurso de una conversación saqué intencionadament

EL CALABACÍN

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Acuden a mi memoria las charletas que mantenía con un compañero de instituto. Este muchacho me hablaba con bastante detalle de cómo utilizaba un calabacín, a modo de consolador, con una amiga suya. Iba introduciendo despacio un calabacín de buen tamaño, enfundado en un condón, por la vagina. Ella estaba totalmente espatarrada, en cuclillas sobre un sofá y se estremecía jadeando de forma entrecortada, a veces soltando gemidos que más parecían de dolor que de gusto, mientras aquella cosa verde y tan dura entraba, salía o giraba, manipulada por una mano masculina. Esta historia aparecía de forma recurrente en las conversaciones con este compañero de estudios a veces paseando por las calles del barrio madrileño de Malasaña. Llegué a pensar que estaba algo obsesionado con el dichoso calabacín y me parecía gracioso que para adquirir su vibrador, su juguete sexual favorito, no necesitara ir a un sex shop sino que se dirigiera directamente a una frutería.

BAJO LA SOMBRA DE LAS PALMERAS

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En uno de los viajes que realicé a Marruecos durante mi juventud, mientras recorría una de las callejuelas de un zoco de Marrakech, una de esas callejas bulliciosas y pintorescas rebosantes de tiendas, se acercó un muchacho árabe y me dijo que a las afueras de Marrakech, rodeado por las dunas del desierto,   había una pequeña ciudad llena de mujeres disponibles para el sexo tanto de día como de noche a cambio de un puñado de dirhams. El muchacho insistió bastantes veces para que yo fuera a la citada ciudad, que él me acompañaría, que si confiaba en sus palabras no me arrepentiría y lo pasaría estupendamente. No le hice caso, a pesar de su obstinada insistencia, pero aquella mención a una "ciudad del placer" -así la denominaba el chico- puso en funcionamiento los engranajes de mi fantasía. ¿Cómo sería aquella urbe erigida en medio del desierto, quizás en torno a un oasis feraz con palmeral y rica vegetación? ¿Eran mujeres hermosas y sensuales, de belleza exótica,

SEX-PARTY

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Hace algún tiempo recibí un mensaje cuyo remitente era Jose Ramón, un amigo de "el Casanova de Chamberí". Vía correo electrónico me invitaba a una cena nudista. Después de la cena, según lo previsto, habría una SEX-PARTY.  Los organizadores cobrabran una suma de dinero como requisito indispensable para asistir al evento y poder participar en la velada posterior aderezada con sexo en grupo. Me fue del todo imposible asistir a este evento erótico. Sin embargo, unos días más tarde, Jose  Ramón, que sí había asistido, me contó todo con pelos y señales. Tal como estaba programado, cenaron en cueros. De preparar y servir las viandas se encargó un servicio de cátering contratado para la ocasión. Las camareras y camareros, jóvenes agraciados físicamente, llevaban un ropaje minimalista. Ellos: chaquetilla oscura y una hoja de parra sobre sus genitales. Ellas, por su parte, vestían un delantal corto y medias negras de lencería. Ambos tenían en común las pajaritas.  Tras el ága

MÉTODOS DE RELAJACIÓN

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Desde hace cuatro años y medio trabajo en unos grandes almacenes de la calle del Carmen, pegando a la Puerta del Sol. En determinadas temporadas se amontona el trabajo. Esta circunstancia me produce estrés y nerviosismo. Busqué una solución. La solución consiste en pedir permiso a mis jefes, de vez en cuando, para que me dejen salir un rato a la calle. Les cuento alguna milonga: que me duele la cabeza, que no me encuentro bien o cualquier otra excusa. Ya en la vía pública, aprovecho para hacer una visita a un piso próximo a la empresa donde currelo. En ese piso, que bien podría llamarse "el hogar del estresado", me espera un plantel extraordinario de jóvenes rusas, húngaras y moldavas dispuestas a darme un buen masaje antiestrés. Si les das una propina, además, te hacen una súperpaja que te deja como nuevo, tío. De veras te lo recomiendo. Estresados del mundo, venid aquí y por fin encontraréis relax. Para ser sincero, he ido a este piso no sólo en épocas de tensiones

EL CASANOVA DE CHAMBERÍ

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Mi amigo César Pacheco, hombre imaginativo y optimista, decorador de profesión y apodado por quienes le conocían bien "el Casanova de Chamberí" (en homenaje a su meritorio curriculum erótico) describía a menudo una fantasía que le rondaba desde hacía tiempo por la cabeza. Seleccionaría a dos mujeres dispuestas a participar en un "menage à trois" con él. Una tercera fémina lo grabaría todo con una cámara. La ensoñación calenturienta de César no terminaba aquí. Además deseaba que la grabación se exhibiera públicamente en una fiesta que él después organizaría en su chalet. Esta vivienda, sita en una urbanización dentro del municipio de Nuevo Baztán y decorada con buen gusto, había estado alquilada durante un tiempo, pero como los inquilinos no abonaban la renta mensual, el "Casanova de Chamberí" decidió expulsar a esos inquilinos morosos con la ayuda de un abogado y dedicar el chalet de su propiedad para uso de reuniones, celebraciones, barbacoas (a

LABERINTO

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Sin pareja no permitían la entrada en "Labyrinth". Por este motivo busqué con afán una acompañante. Mi amiga Raquel se prestó a venir conmigo. El club se hallaba envuelto en penumbra, salvo en ciertos puntos donde había instaladas lámparas que despedían una luz tenue. La decoración consistía grosso modo en paredes acolchadas, espejos, cortinas opacas, "glory holes", algunos suelos transparentes (para poder ver a las parejas del piso de abajo), ojos de buey, celosías... Un intrincado dédalo constituido por  dark rooms, salas con televisiones que proyectaban todo el tiempo películas porno, apartados semiprivados, mazmorras de sado-maso, escaleras, minipistas de baile y rincones discretos interconectados a través de pasillos oscuros configuraban el entramado de las instalaciones. Desde luego, una escenografía propicia para el tipo de actividades que se llevaban a cabo allí dentro.  Mi acompañante y yo pedimos una copa en una barra situada cerca de la entr

EL POLVO CALLEJERO

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Había anochecido. Pero no recuerdo la hora. Alrededor de las dos de la madrugada, tal vez. Yo me encontraba en mi casa. Después de haber estado realizando diversas tareas, quería relajarme un poco. Para distraerme, me aproximé a la ventana del salón, aparté ligeramente la cortina y me puse a mirar la calle. Justo enfrente de mi edificio vi una pareja bastante joven que iba caminando por la acera. Ningún otro transeúnte aparte de la pareja de marras paseaba por la calle en ese momento. No les presté mucha atención, la verdad. Era una circunstancia que entraba dentro de lo normal a esas horas de la madrugada. Cuando decidí darme la vuelta y alejarme de la ventana, de sopetón y sin que ningún indicio permitiera prever lo que estaba a punto de ocurrir, los dos jóvenes al unísono se acercaron a todo correr hasta un recoveco de la acera protegido por una pared. Al socaire de esta pared, él sin previo aviso, como os lo cuento, se tumbó sobre la acera boca arriba y se bajó los pantalo

EL COLECCIONISTA DE PELISPORNO

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A lo largo de mi vida -ahora tengo cuarenta y siete años- he visto infinidad de películas porno. He de reconocer con franqueza que siempre me han gustado. Y me han proporcionado innumerables sensaciones de deleite. Por no mencionar su eficacia como estímulo para la paja solitaria. Entre mis preferidas figuran las producciones de PRIVATE y los hentai japoneses. También siento vivo interés por las pelis porno ambientadas en otras épocas y civilizaciones como la egipcia, los romanos o el siglo XVIII francés. Fruto de esta afición, he conseguido formar una colección compuesta por una cifra muy considerable de cintas de vídeo, CD´s y DVD´s pertenecientes a este género filmográfico. Las guardo con cariño, bien ordenadas en una zona de mi biblioteca, especialmente preparada para almacenarlas, facilitar su clasificación y cogerlas cuando me apetece ver alguna. Las novias que he tenido han adoptado distintas actitudes hacia mi faceta de coleccionista de sex films. Unas (las menos) no la